Una hamburguesa poco apetecible: lo que aprendimos sobre el packaging para delivery

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el packaging en el delivery de tu restaurante

Como sabréis, me gusta empezar mis artículos con una experiencia real. Algo que me haya impactado lo suficiente para que me anime a escribir un artículo en Barra de Ideas.

La siguiente historia ocurrió en Madrid un domingo no hace mucho. Tal noche de hambre y gula se me ocurrió pedir a domicilio a una marca que está en auge en la capital. Una marca que promete una experiencia gastronómica a partir de hamburguesas fuera de lo normal. Una sinfonía de ingredientes “gourmet” para los que no se conforman con un bocadillo cualquiera.

Las expectativas eran altas, no lo vamos a negar. Pero la realidad fue muy distinta. Diseño de la bolsa ok, viene con patatas ok, caja de hamburguesa exteriormente con bonito diseño ok. Bueno, espera…el contenido es un desastre. Un sandwich, de tamaño considerable, con la base literalmente mojada por la humedad de un queso desparramado por todos lados. El colmo de la jugosidad. Sin contar con el panorama que presentaban el resto de ingredientes. Y todo por unos módicos 15 euros. Más que foodporn era foodterror…o foodmalaleche.

Es verdad que las hamburguesas son un producto que, aunque muy socorrido a nivel de delivery cumpliendo requisitos operativos y de rentabilidad, no llega a las casas en las mejores condiciones para presentar una experiencia óptima. Suelen llegar frías, arrugadas y feas. No lo podemos negar.

Artículo recomendado: Branding para take away y delivery. La guía definitiva

Optimizando nuestro packaging para delivery

Pero este artículo no va de pedir un decreto ley que prohíba la venta de hamburguesas a domicilio sino todo lo contrario. De reflexionar sobre lo que hemos aprendido de mi experiencia y qué podemos aprender para mejorar la relación entre la comida y el packaging de nuestra oferta delivery y para llevar. En definitiva, mejorar el branding de nuestra marca.

Por eso te dejo 3 consejos para que tu packaging sea funcional y a la vez atractivo. Porque recuerda, como dentro del restaurante, todo suma:

  1. Elección del material adecuado: decide qué tipo de envase de comida desechable garantizará que tu comida se entregue en las (casi) mismas condiciones en las que se la servirías a alguien que esté cenando en tu restaurante. Coloca los líquidos, como las salsas, en recipientes separados para agregarlos más tarde y usa cartón en lugar de plástico. Es biodegradable, rentable, fácil de personalizar y resistente. Además, la formación de condensación es mínima, que es clave para los artículos que se desea mantener crujientes (patatas fritas o empanados) y evitar reblandecimiento de sándwiches o hamburguesas.
  2. El tamaño y el material importan: selecciona un packaging del tamaño adecuado para tu estilo de comida. Para asegurarse de que tu presentación sea correcta, es posible que se deba compartimentar o entregar en contenedores separados. Muchas opciones de embalaje nuevas se fabrican con materiales de origen sostenible o pueden ser viable para su reciclaje o compostaje después de su uso. Otras opciones están diseñadas con menos material, lo que significa menos residuos en vertederos. Aprovecha este plus de inversión para reforzar tu branding comunicando tu compromiso con el medio ambiente en el mismo packaging y en las RRSS.
  3. Refuerza: Un poco de embalaje adicional (reciclable) para apoyar los alimentos es de gran ayuda. En mi caso una hamburguesa envuelta con papel antigrasa biodegradable hubiera evitado que se derramara nada y mantenido los ingredientes en su sitio. También recuerda sellar con un adhesivo las tapas de los bowls. Vas a evitar que el envase se abra durante el transporte además de dar un plus de seguridad alimentaria garantizando que el producto no se ha manipulado desde que salió del restaurante. Esta última práctica nos serviría para todos los platos.
  4. Bonus: Como ya hemos comentado varias veces aquí en Bdi que hay que incluir en los escandallos el coste de todo el packaging. El coste de cada elemento que usemos para nuestro productos para delivery. Tanto cajas, envoltorios como pegatinas.

Esta anécdota que os he contado hoy seguro que os suena a algunos de vosotros. Ha sido el pan de cada día y va dirigido a los que se han iniciado al delivery (a regañadientes) a consecuencia de la pandemia. ¡Por eso no me queda otra que pediros que sigáis con el I+D, que escojáis una oferta gastronómica que se adapte bien al consumo fuera del local, que no dejéis el packaging para lo último y que no os olvidéis de vuestra marca! Porque la comida a domicilio no es fruto de un año de pandemia y confinamiento sino que ha llegado para quedarse.

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