Una nueva oportunidad contra el no-show

Rodrigo Domínguez-Sáez | Madrid
Se ha vuelto a armar el revuelo. Quizás adormilado por un verano espectacular para lo hostelería y por los meses de puro sufrimiento debido a la pandemia, habíamos olvidado que el problema del No-show sigue existiendo y que cada día tiene un efecto más duro sobre las cuentas de los restaurantes.
Además de ser una falta de educación importante, reservar en un local y no aparecer sin más motivo que el capricho de haber decidido hacer otro plan a última hora, puede suponer un gran problema para un restaurante que ha planificado un menú, ha comprado la comida, ha contratado a un personal para atender la mesa, etc.
Esta semana se volvía a poner de manifiesto el problema debido a una denuncia que FACUA le interponía a El Invernadero de Rodrigo de la Calle. Según la organización de consumidores, la política de cancelación del restaurante es abusiva ya que reclama el pago de 100 euros por comensal si se cancela una reserva con 24 horas o menos. Probablemente la discusión en este caso está en si la “multa” por no acudir es o no desproporcionada: 100 euros por comensal para un servicio no disfrutado.
En mil y una ocasiones hemos tratado de explicar por qué reservar en un restaurante y no acudir tiene unos costes elevadísimos. Sobre todo para un local tan pequeño -8 mesas- como es el caso de El Invernadero. En esta ocasión, el debate puede caer del lado bueno si se consigue normalizar que exista una penalización proporcionada cuando un comensal reserva y no acude al restaurante. Habrá que debatir qué es proporcionada. Aprovechando que FACUA ha colocado el debate en la plaza pública por un supuesto abuso (veremos qué opina la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid), es un buen momento para dar un paso más en la normalización de cobrar una parte del menú cuando se haga la reserva, algo que ya ocurre en muchos casos en estancias hoteleras y transportes. Como ya planteábamos hace años, sería bueno hacer una campaña nacional para tratar de acostumbrar a la clientela de que en ciertos locales, hacer una reserva supone también pagar una parte del menú: «Nadie concibe ya una reserva en un hotel sin dejar el número de su tarjeta bancaria y aceptando unas condiciones especiales de cancelación dependiendo de cada negocio. En el futuro los restaurantes (o una parte importante de ellos) contarán también con ese sistema. Para ello es necesario que el sector se ponga de acuerdo como lo hizo el hotelero».
En todo caso, para aquellos hosteleros que aún sufriendo un no-show (con o sin penalización), creen que pueden solucionarlo hasta el último momento, existe una aplicación de la que ya hemos hablado en varias ocasiones en Barra de ideas. Se llama Maybein y permite, además de ser un motor de gestión de reservas, alertar a los clientes en tiempo real de las mesas canceladas o libres en los restaurantes que están dentro de la app. Desde hace unos meses, además, Maybein y CoverManager han firmado una alianza con la que los más de 3500 restaurantes partners de CoverManager puedan sumarse a Maybein y disfrutar de un canal de comunicación directo, inmediato y automático con sus potenciales clientes sin inversión en formación ni software.