¿Cómo están viviendo los hosteleros la reapertura en nuestro país?

Julia Menéndez | Madrid
Desde que el Gobierno informó sobre las fases y medidas de la desescalada, el sector hostelero ha tenido que reaccionar de manera rápida para poder reabrir a comienzos de esta semana. Pero sólo el 30% de los negocios de hostelería han podido abrir sus puertas desde este lunes, según datos de la ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos). Por ello, hemos hablado con algunos de estos empresarios hosteleros para saber cómo ha sido el esperado día ‘D’. ¿Han podido abrir sus puertas con normalidad? ¿Han salido con la plantilla íntegra o han dejado a gente en el ERTE? ¿Cómo han visto a la clientela? ¿Hay miedo al consumo?
Las condiciones de Sanidad para la reapertura publicadas el 9 de mayo han sido demoledoras para los establecimientos sin terraza. El sector de la hostelería puede reabrir con terraza al aire libre con un aforo del 50% de las mesas, asegurándose de que se cumpla la distancia social. Como dice Marta Cebrián en un artículo de esta casa: «En España, esas medidas (las de distanciamiento social) provocan reticencia, escepticismo e incluso rechazo. Y es que se puede entender que un hostelero decida mantenerse cerrado si le obligasen a invertir en una medida material que va a estigmatizar el contacto social (ver mamparas y demás)». Vamos a ver qué opinan los que han estado al pie de cañón estos días:
Una caña, por favor
En la ciudad de Pamplona se encuentra un local propiedad de Javier Zarranz, un empresario hostelero que trabaja mano a mano con su mujer. El restaurante Akari Gasatroteka abrió sus puertas el martes porque, según nos cuenta Zarranz, el lunes querían preparar el bar y dejarlo todo organizado. «Nuestro local tiene una terraza muy bien equipada, con muchas mesas y se puede trabajar», cuenta y es que han pedido un ampliación al Ayuntamiento de Pamplona. El BOE recoge estas especificaciones de ampliación de la zona en caso de que se autorice por parte del Ayuntamiento siempre y cuando se respete la proporción del cincuenta por ciento.
Manifiesta que la gente está desatada y que tienen miedo de que haya un rebrote. «Es difícil controlar a la gente porque parece que se les ha olvidado todo lo que ha pasado por el Covid. Estamos haciendo de policías«, explica.
Nos vamos a Mallorca, donde muchos jóvenes se reunieron el lunes para celebrar y brindar juntos. Pachamama Cocktail Bar es un local enfocado a la coctelería y, según nos cuenta su dueño, ha sido un descontrol. «Parece que no hubiera pasado nada. También depende de la edad de los grupos: a los jóvenes les da igual y la gente mayor está más precavida. Pero nosotros tuvimos que controlar a los clientes«, cuenta Gianluca, empresario hostelero de este local mallorquín que ofrece servicio en terraza.
Debido al caos de estos primeros días, Gianluca quiere regular el tiempo medio de estancia en la mesa según la cantidad de gente. Tiene 20 sillas que se le han quedado en 10 y dice que son muy pocas para hacer caja y sobrevivir tras el confinamiento. «Como hemos tenido días fuertes de demanda, vamos a funcionar por reservas», ya que trabaja solo con su mujer porque aún mantiene a los trabajadores en ERTE.
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Mejor take away y observo qué pasa a mi alrededor
Es el caso de Los Tulipanes en Sevilla, un restaurante que oferta comida fusión holandesa y española. Tiene abiertas sus puertas pero sólo servicio para recoger. «Antes trabajábamos con Just Eat pero cerramos y ahora no lo consideramos rentable», cuenta Inma Jaramillo, dueña del local. En su negocio, abren de jueves a domingo pero siguen sin servir en sala porque hay muy poca venta.
De Sevilla a Galicia, hablamos con Adrián Albino, chef del restaurante Niño Corvo en Vigo, un local cercano al puerto donde ofertan marisco, pescado marinado y producto fresco. «El establecimiento es pequeño y tengo una terraza. Hay una plaza abajo con la que podríamos ampliar nuestras zonas», explica, al igual que en el caso de Pamplona.
«Nuestro perfil de cliente no es un perfil bajo, quieren disfrutar y de la mejor forma posible», cuenta que realizan take away y un servicio a domicilio que antes no tenían. Ahora trabajan con logística propia y no abren sus puertas porque aseguran que no quieren abrir sin tener las cosas bien hechas. «Hay que leer bien el BOE y, a partir de eso, sentar bien las bases. No está bien explicado, no quiero correr el riesgo ni mis clientes tampoco», dice y reclama normas más estrictas.
En cuanto la plantilla, sus trabajadores se encuentran en ERTE aunque va a reincorporarlos porque estos días ha habido bastante demanda. «Las cosas van a cambiar y hay que adaptarse, el take away va a estar al día«, cuenta Adrián Albino.
Servicio esencial para los que trabajan en carretera
¿Qué ha pasado con todos esos camioneros y trabajadores de transportes que no han tenido alojamientos y comida durante sus largos viajes? El Hotel Restaurante Padornelo en Alta Sanabria (Zamora) es un negocio que se encuentra en la N-525, un lugar fronterizo con Galicia. Su dueño, Pedro Arias, cuenta que acuden a comer menús muchos trabajadores obreros y camioneros que están de paso entre Madrid y Vigo. «Estaba dando 90 comidas diarias y el lunes sólo dimos 10», cuenta Arias pero se muestra positivo porque opina que la gente se tiene que habituar a esta nueva normalidad. Por temas de aforo, tenían 20 mesas y ahora tiene 10.
«Contamos con 10 trabajadores en ERTE», es un negocio familiar pero quieren recuperar a todos, «nos hemos lanzado mi madre y yo solos para tantear el terreno y ver lo que pasa y a medida que vayamos teniendo más clientela, vamos a ir sacando a la gente del ERTE. Pero parece que va lento«, cuenta.
Todas las personas que han querido hablar con Barra de ideas garantizan la seguridad de sus clientes y la de sus trabajadores. Las medidas preventivas como son la mascarilla, los guantes, el cambio de ropa, los gorros y el continuo lavado de manos está a la orden del día. Hay algo que está claro y es que la gente tiene ganas de consumir y ha perdido el miedo a salir a la calle.
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