Delegar en tu restaurante, una tarea difícil pero no imposible

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Al fin y al cabo, somos personas que creamos negocios partiendo de la nada, los construimos con una determinada forma de hacer las cosas y estamos orgullosos de ello. El problema es que esa manera de hacer las cosas se convierte, inevitablemente, en un hábito difícil de romper después porque nadie hace las cosas exactamente como nos gusta hacerlas.

Sin embargo, la única forma de avanzar en cualquier negocio, también en tu restaurante, es aprender a delegar. De hecho, la disyuntiva puede ser tan drástica como para obligarte a delegar o quedarte estancado en tu negocio.

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Lo primero que tienes que tener presente es que hay más de una forma de hacer lo correcto. ¿Sabes cuántos entrenadores de fútbol hay en la liga española? Pues al menos hay tantas formas de estar en lo cierto como entrenadores, sencillamente, porque cada uno piensa de manera diferente. Lo primero que tienes que asumir para aprender a delegar en tu restaurante es que hay más de una forma de hacer las cosas bien.

Aceptablemente bueno es aceptable.

Yo mismo soy un ejemplo. No voy a precisar cuales, pero hay determinadas cosas en Bodegas Mezquita, mi grupo de restaurantes, que hago mejor que nadie. No son muchas, pero alguna hay. Recuerdo que, cuando empezaba con mi primer restaurante, llegaba al punto de aparcar momentáneamente responsabilidades importantes para supervisar que determinados aspectos del servicio se hicieran exactamente como yo los hacía. Ciertamente nadie los realizaba como yo, pero tuve que optar, como decía antes, por delegar o estancarme en mi negocio. Descubrí entonces que el servicio salía adelante con un nivel altísimo y que, aunque de otra forma distinta, ofrecíamos un producto final muy bueno y el resultado era el mismo. A veces, aceptablemente bueno es muy bueno.

Muchas tareas del día a día de tu restaurante pueden delegarse a personas que no lo harán igual que tú, seguramente no serán tan perfectos, pero al final obtendrán el mismo resultado. Pues bien, todas y cada una de esas tareas deben ser delegadas.

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Recuerda que, de hecho, sin delegar algunas responsabilidades solo conseguirás cargarte de trabajo y estancarte. Sin delegar cosas no podrás hacer espacio para otras nuevas y más importantes.

Hoy la tecnología te lo pone más fácil que nunca. Siempre tendrás herramientas que te permitan valorar los resultados. Si tienes personas a tu alrededor que son inteligentes y tienen talento, delega en ellas. Dales constantemente nuevas responsabilidades que hagan su carrera laboral emocionante. Te lo agradecerán y rendirán más y mejor, seguro.

Si después de contarte todo esto, aún tiene dudas sobre la importancia de delegar, plantéate hacerlo siguiendo este proceso:

Ocho pasos que te llevarán a dominar el arte de delegar.

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  1. Define claramente qué es lo que hay que hacer.
  2. Asegúrate que la persona en quien delegas la tarea entienda perfectamente qué tiene que hacer.
  3. Explícale por qué necesita hacerse así.
  4. Enséñale cómo debe hacerse.
  5. Asegúrate de que entiende el proceso de cómo hacerlo.
  6.  Establece una fecha para supervisar sus progresos.
  7.  Asegúrate que le quede claro cuando lo vas a supervisar.
  8.  Y, por último, resiste la tentación de micro-administrar la tarea que delegas.

Este último punto es especialmente importante, porque es muy sencillo caer en la tentación de estar constantemente encima de la persona en la que has delegado. Si interfieres y criticas antes de tiempo arruinarás su productividad. Deberías emplear el tiempo que tu delegación ha liberado para cosas más valiosas.

En definitiva, delegar no es fácil y requiere paciencia. Pero invertir tiempo en hacerlo y conseguir que las personas que te rodean respondan como tú quieres, es la única forma de avanzar y liberarte para que tu restaurante crezca.

 

Baldomero Gas García

Director de MetodoGas.com

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