¿Cómo conseguir un emplatado de 10? 

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Adrián Fernández / Madrid 

‘Una imagen vale más que mil palabras’. Ese refrán popular también se puede aplicar a la gastronomía . Y es que, muchas veces, comemos antes por los ojos que por el paladar. La composición visual de un plato es un auténtico estímulo no sólo para la vista sino para los demás sentidos. 

Es por ello que todo profesional de la hostelería debe dominar el arte del emplatado. Una técnica que va más allá de colocar todos los elementos de un plato de forma armoniosa. El emplatado se podría decir que es una combinación de gastronomía y arte con la que el comensal disfrutará desde el mismo momento en el que el plato llegue a su mesa. 

Consejos para una buen emplatado 

¿Cómo podemos conseguir un emplatado perfecto? Existen diversas técnicas y consejos para dominar este arte de presentación. Algunos de nuestros consejos básicos son: 

Lo primero de todo, escoge un plato adecuado

Parece obvio, pero es el primer paso para conseguir un buen emplatado. Es importante decidir un plato adecuado al tipo de alimentos que vas a ofrecer al comensal. En este sentido, los platos con un fondo blanco suelen permitir jugar con colores y texturas y no desviarán la atención del cliente a otros detalles menos importantes. 

Los colores de la comida influyen

Que un plato sea blanco no significa que la comida no tenga que tener color. Es más, lo recomendable es que la comida tenga un color determinado ya que ayudará al comensal a crear una sensación única. No lo olvides, utiliza los colores en tu comida para cautivar a tus cliente. 

Lo más importante del plato

Existen muchas técnicas de distribución de los platos, pero hay que tener en cuenta algunos técnicas de composición. Antes de nada, hay que definir cuál es el punto de interés de tu plato. Por ejemplo, en un plato con pescado, obviamente, el punto focal será el pescado. Lo demás, debe acompañarlo y no al revés. 

Apuesta por composiciones clásicas

Si todavía te estás iniciando en esto de los emplatados siempre puedes crear estilos de emplatados clásicos como son: central, oblicuo, simétrico o en escala. Explora y descubre cuál se adapta mejor a tus alimentos y a lo que quieres transmitir. 

Plato limpio

De nada servirá que hayas trabajado un emplatado durante mucho tiempo sí, al final, ese plato incluye migas, restos de salsas o algún producto que se haya podido derramar. Además de dar una muy mala imagen, estos productos desentonan con el emplatado. Préstales mucha atención y elimínalos. 

No te olvides de poner la guinda al pastel

Antes de enviar un plato a una mesa es recomendable que incluyas algún elemento de decoración (nueces, hierbas, salsas o brotes por ejemplo) que le den ese punto extra al emplatado. Todos estos ingredientes deben añadirse en el último momento y con unas pinzas para no manchar el plato o estropear la composición. 

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