Paloma Fang rompe con los clichés de la cocina oriental

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Julia Menéndez | Madrid

En España, la gastronomía china ha sido toda una revolución y nos ha regalado desde hace años sabor y experiencia. También ha formado parte del boom del delivery y del take away: es rápido, está buenísimo y apetece. Sin embargo, es difícil salir del cliché de la comida china económica porque la gastronomía oriental va mas allá del rollito de primavera y el arroz tres delicias. Para eliminar barreras, el Grupo Bellaciao acaba de dar el salto como cadena de restauración para enseñar a la capital lo que realmente significa la comida cantonesa gracias a su nuevo local Hong Kong 70 (Usera).

A diferencia de la comida de los otros estilos chinos, como el estilo de Sichuan, donde el cocinero entierra la comida en un montón de especias y aceite; un chef cantonés se propone resaltar el sabor original de la verdura, carne o fruta. Utilizan muy poco especias o azúcar en general. Por ello, el barrio de Usera da la bienvenida al restaurante especializado en cocina cantonesa.

Paloma Fang, empresaria de este grupo y su socia, Beini Quian, se encarga de la viabilidad y gestión de los restaurantes, han sido las culpables de hacer viajar a los clientes que han pasado por ahí a la cultura cantonesa. En 2015 abrieron con Ninja Ramen y fueron abriendo locales con diferentes conceptos: Hong Kong 70 en 2019, Running Sushi in Osaka en 2020 y, finalmente, otro nuevo local como es el de Hong Kong 70.

De familia hostelera, Paloma Fang comenzó en 2015 su carrera como empresaria con su primer local, toda una experiencia clásica para probar la sopa cantonesa en nuestro país. «Fuimos el primer local izakaya en Madrid, un concepto bastante nuevo que la gente lo ha aceptado muy bien», cuenta Fang en una entrevista para Barra de ideas.

El objetivo de esta española con raíces en Taiwán y Japón, es que sus restaurantes vayan más allá de lo meramente gastronómico y sean capaces de transportar a diferentes ciudades y épocas a través de sus ambientes. Para ella es importante cambiar la imagen de su gastronomía, casi es un deber para ella. «Nos cuesta bastante, mucha gente piensa que la comida china también es sinónimo de económico y tenemos que dar mas fuerza a todo esto utilizando buena materia prima«.

Con esta nueva inauguración, Paloma se encarga personalmente de cuidar cada detalle, atendiendo a sus raíces y a los recuerdos que conserva de estos espacios. En este caso, quiere trasladar a los clientes a la imaginería cantonesa de los años 70, luces de neón, barras callejeras, sopas, verduras y muchos colores. Cree que la decoración cantonesa no pasa de moda y ha establecido tres rincones donde el consumidor puede sentirse en diferentes ambientes según donde esté: hay un salón de entretenimiento con mesas que ofrecen juegos japoneses, otra zona donde se simula un restaurante típico callejero, «como si los clientes comieran en la calle», dice. Y otro ambiente que es como un teatro de los años 70.

La pandemia por el coronavirus no les ha golpeado tan fuerte como en la mayoría de restaurantes en la capital. «Hemos tenido mucha suerte pero no somos fuertes en el delivery«, dice. No han explotado este canal porque dice que la gente quiere probar el concepto Bellaciao, vivir la experiencia y sentir el ambiente del local.

Sin embargo, a pesar de sus triunfos como empresaria, desea tener más tiempo para disfrutar de la familia. Aunque parece que Paloma tiene un as en la manga y seguirá creando nuevas experiencias y conceptos nuevos para seguir expandiendo su marca.

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