Los datos recopilados por Pascual Profesional en colaboración con Job Today permiten identificar los parámetros que ya condicionan al sector y que resultan vitales para entender hacia dónde va.
Uno de cada diez profesionales en activo pertenece a este ámbito, pero los hosteleros insisten en que cubrir vacantes, sobre todo con perfiles cualificados, se ha convertido en una tarea cada vez más compleja. ¿Acaso estamos ante una problemática irreparable?
Empleo en alza, pero con una rotación insostenible
Entre 2023 y 2024, el número de empleados en el sector aumentó un 8,4%, alcanzando 1,74 millones de ocupados y situándose en torno al 8% de todas las oportunidades laborales en España. A simple vista, las cifras son un motivo de optimismo.
Sin embargo, ese crecimiento se enfrenta a un obstáculo que erosiona los cimientos: la rotación laboral, que ronda el 63,7%, la más alta de todos los sectores en el país. Dicho de otro modo, más de seis de cada diez contratos se rompen en poco tiempo, obligando a bares y restaurantes a repetir procesos de selección, invertir en formación y, en muchos casos, volver a empezar desde cero.
Además, el desajuste entre oferta y demanda es evidente. Mientras que las vacantes de camarero o barista concentran decenas de solicitudes, los puestos de cocinero o chef apenas logran candidatos, pese a ser funciones críticas para cualquier establecimiento. El sector, por tanto, no solo necesitan más manos, se necesitan manos preparadas.
Jóvenes en la sala, pero con nuevas reglas de juego
El segundo parámetro que define a la hostelería es el peso de los jóvenes. El 50% de los contratos del sector están firmados por menores de 35 años, y el grupo que más crece es el de 16 a 24 años, que ya supone un 13,6 % de la fuerza laboral. La Generación Z ha entrado con fuerza en la sala, pero con expectativas distintas a las de sus predecesores.
Los datos de Job Today muestran que las ofertas de media jornada reciben un 37% más de solicitudes que las de jornada completa. La conciliación, los horarios intensivos y la posibilidad de evitar turnos partidos son factores que aparecen cada vez con más fuerza en las entrevistas realizadas a candidatos.
Y, como extra (y no mal menor) el salario sigue siendo un punto de fricción. Un camarero con experiencia percibe de media 1.648 euros mensuales, una cifra inferior al salario medio nacional, que ronda los 26.948 euros anuales. Aun así, lo que está en juego va más allá de la nómina; para muchos jóvenes, la hostelería es un trabajo transitorio, pero esperan que, mientras dure, les ofrezca flexibilidad, formación y un entorno que cuide el bienestar.
Flexibilidad, formación y digitalización: los básicos de la nueva receta
El tercer parámetro es la capacidad del sector para adaptarse. El informe de Pascual Profesional y Job Today insiste en que los bares y restaurantes que quieran ser competitivos tendrán que revisar sus fórmulas laborales. ¿Las claves?
- Formación interna: el 66% de los trabajadores del sector no cuenta con estudios profesionales o universitarios. Convertir esa carencia en una oportunidad de capacitación puede marcar la diferencia.
- Flexibilidad real: organizar turnos de manera participativa, incluso en pequeños negocios, ayuda a retener empleados.
- Reconocimiento al equipo: los incentivos, los planes de crecimiento o incluso pequeños gestos de agradecimiento fortalecen la vinculación.
- Digitalización: hoy, el 54% de las ofertas en Job Today corresponden a hostelería, lo que confirma que las plataformas digitales son ya imprescindibles para agilizar la selección, gestionar plantillas y liberar tiempo para lo importante: el cliente.
En este punto, Guillermo Scharfhausen, Director de Transformación y Personas en Pascual aporta un matiz clave sobre cómo elegir y retener al talento: “¿Qué tipo de profesional requerimos? ¿qué persona queremos que forme parte de nuestro equipo? Es necesario adaptar el mensaje, el canal y el código al target que hemos establecido”.
El talento, el ingrediente estrella
La hostelería se mantiene como un motor económico clave: en 2023 la restauración facturó 100.000 millones de euros, un 9,2% más que el año anterior (CaixaBank Research). Pero el verdadero desafío no está en las cifras de ventas, sino en la capacidad del sector para atraer y retener a su gente.
Como advierte Scharfhausen: “Para el pequeño hostelero, la clave es buscar perfiles que se adapten a las expectativas y sean referentes para los que vengan después. Para el gran hostelero, lo fundamental es contar con perfiles polivalentes, flexibles y leales”.
Los parámetros ya están sobre la mesa: rotación, juventud, flexibilidad, formación y digitalización. Lo que defina a la hostelería a partir de ahora no será solo su capacidad de llenar mesas, sino de cuidar a quienes las atienden.





