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Tarta de queso: dulce eterno con margen salado en la restauración actual

por | Jul 30, 2025

Hoy es el Día Mundial de la Tarta de Queso, un clásico y contemporáneo a la vez, este dulce sigue siendo protagonista en bares, restaurantes y redes. 

Si hay un postre que despierta pasiones, levanta debates y aún consigue llenar salas, es la tarta de queso. En su versión más castiza o con toques internacionales, cremosa o firme, al horno o cruda, con base o sin ella, este bocado sigue conquistando paladares y ticket medio.

No es solo una buena excusa para hacer scroll entre fotos foodies o relamerse con la cuchara. Es una oportunidad para analizar cómo un postre de raíz humilde ha logrado convertirse en insignia de locales, símbolo de marca e, incluso, reclamo turístico y TikTokero.

Del cuaderno de abuela a la carta de estrella Michelin

Aunque su origen es difícil de rastrear, las primeras recetas de algo parecido a la cheesecake actual se remontan a la Antigua Grecia. Se dice que los atletas olímpicos del siglo V a.C. ya la consumían como fuente de energía. Pero no sería hasta la expansión romana y, siglos después, el aterrizaje del queso crema en Estados Unidos, cuando la tarta de queso empieza a tomar su forma más reconocible.

En España, su evolución ha sido imparable. Desde las tartas más tradicionales con base de galleta y cobertura de frutas rojas, hasta el boom reciente de las tartas de queso al horno con corazón líquido, con San Sebastián (y su famosísima versión de La Viña) como epicentro global del deseo.

Este fenómeno ha transformado el postre en una auténtica declaración de intenciones. La tarta de queso ya no es el remate amable del menú: es el anzuelo, el viral, el protagonista de muchos stories. Y muchos locales han sabido verlo. Hoy no se ofrece solo por cumplir, se ofrece para seducir.

Un éxito que no se enfría ni fuera de casa

Según datos del Estudio de Tendencias en Consumo de Postres 2024, elaborado por Hostelería de España, el 68 % de los clientes que piden postre en restaurantes lo hacen “por antojo”, y la tarta de queso lidera el ranking de los más solicitados, por delante incluso del coulant de chocolate o la crema catalana.

Y hay más: el 45 % de los consumidores reconoce haber ido a un restaurante solo por probar su tarta de queso. Ese dato, por sí solo, ya habla de su poder de atracción.

La razón de este éxito no es solo sensorial, es también estratégica. La tarta de queso tiene un margen alto, ingredientes accesibles, buena conservación y una capacidad brutal para generar contenido en redes. Además, es personalizable hasta el infinito: con quesos artesanos, sin gluten, con toques salados, de cabra, azul, ahumados o hasta con trufa.

¿El resultado? Un postre que sigue alimentando la rotación y la reputación. Porque sí, un buen final de comida puede ser también el comienzo de una historia (y de una foto viral).

Un imprescindible que aún puede dar más juego

En términos operativos, la tarta de queso es una apuesta segura. Puede prepararse con antelación, adaptarse a formatos individuales o para compartir, servirse fría, templada o con toppings de temporada.  Con una buena receta base y un giro original, puede elevarse a categoría de experiencia.

Además, su presencia en delivery sigue creciendo. En formatos cuidados y bien pensados, es uno de los pocos postres que viajan bien y mantienen textura y sabor. Muchas marcas ya la incorporan como producto estrella en dark kitchens o marketplaces de postres premium.

Porque sí, la tarta de queso se puede sofisticar, empaquetar y hasta narrar. Y ahí está parte de su magia: se adapta al canal sin perder el alma. Puede ser el broche dulce de un menú degustación o el protagonista absoluto de un escaparate en Instagram.

Un día (o una carta) para celebrarla como se merece

Celebrar el Día Mundial de la Tarta de Queso es más que rendirse a un antojo. Es recordar que, en el sector HORECA, lo emocional también vende. Que un postre puede ser tradición y tendencia. Y que, con un poco de intención, puede dejar huella en la experiencia del cliente… y en la cuenta de resultados.

Hoy en Barra de Ideas celebramos con cuchara en mano. Porque cuando una tarta está bien hecha, no hay algoritmo que le gane.

Flor Medeot
Flor Medeot

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