Como ocurre en muchas otras esferas profesionales, la cúspide de la restauración ha estado reservada, de forma histórica, a los hombres… Aún cuando las mujeres, históricamente, han sido quienes han cocinado, de forma mayoritaria, no solo en los hogares, sino en las cocinas de todos esos pequeños restaurantes que salpican nuestra geografía. Este fenómeno se repite, por ejemplo, en el mundo de la costura.
Afortunadamente, las mujeres ensanchan poco a poco el hueco que merecen en lo más alto, también de la cocina. Si el paso es firme, nunca es tarde. Y en nuestro país, al menos, parece que lo es.
Nuevas referentes para un sector donde, en realidad, ellas son más
El talento femenino conquista posiciones y brinda cada vez más referentes a esas jóvenes que desean ofrecer lo mejor de sí mismas al más alto nivel. No en vano, ellas representan aproximadamente la mitad de las plantillas hosteleras.
Las chefs Elena Arzak, Arzak (Donostia) y Carme Ruscadella, Sant Pau (Sant Pol de Mar), las únicas que han obtenido tres Estrellas Michelín en España, son dos de esos iconos a emular. Les siguen muchas otras, algunas también con estrellas Michelin en su palmarés, como Fina Puigdevall, Les Cols (Olot), Lucía Freitas, A Tafona (Santiago de Compostela), Mariana Sánchez, Ajonegro (Logroño), Vicky Sevilla, Arrels (Sagunt), Alejandra Herrador, Atalaya (Alcossebre), Isabel Juncà, Ca L’Enric (La Vall de Bianya), Begoña Rodrigo, La Salita, (Valencia) o María Gómez, Magoga (Cartagena).
La lista no acaba ahí. Podríamos añadir muchos otros nombres de mujeres talentosas que se han posicionado en lo más alto de la cocina en las últimas décadas. Sin embargo, por muchas que añadamos, seguirán siendo pocas respecto a ellos. En 2022, solo el 10,5 % de los restaurantes con alguna estrella Michelín tenía a una mujer como cocinera.
Los datos sobre la presencia femenina en la alta cocina, aún desalentadores
La Academia Vasca de Gastronomía publicaba un informe recientemente que trataba de dar respuesta a su propio título: ¿Por qué hay tan pocas mujeres cocineras en la alta cocina? Entre las razones recogidas en el apartado de conclusiones encontramos de todo, desde sociales a culturales, laborales y personales. “Tienen que ver con la dificultad de equilibrar la vida personal y profesional, las barreras de género dentro del ámbito laboral, las expectativas sociales, la falta de modelos a seguir y la mayor competencia que enfrentan las mujeres para acceder a posiciones de liderazgo”, señala dicho estudio.
Si bien, las principales razones que se citan por parte de las entrevistadas versan sobre las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, así como los estereotipos de género, que limitan su visibilidad y oportunidades en “una profesión dura, competitiva que exige mucho esfuerzo, dedicación y tiempo de trabajo”. El documento señala, además, que mientras el 35,7 % de las estudiantes considera que la maternidad constituye un impedimento para dedicarse a la alta cocina, el 64,3 % opina que es la razón de que haya más hombres que mujeres. En el caso de las cocineras profesionales, el 87,5 % considera la maternidad como un impedimento.
Liderando más allá de los fogones
Más allá de los fogones, las mujeres están tomando un papel cada vez más relevante en la toma de decisiones en el sector de la restauración en España, abarcando diversas áreas del negocio. Según datos de 2024, las mujeres ocupaban el 34,5% de los puestos de liderazgo en el sector.
A pesar de que más de la mitad de los empleados en la industria hostelera son mujeres, su representación en roles directivos y de alta gerencia sigue siendo limitada. Sin embargo, su influencia y aportaciones están transformando el sector, impulsando cambios significativos en la gestión y operación de los establecimientos.
Ejemplos notables de mujeres liderando en el sector incluyen a María José Huertas, jefa de sala en el restaurante La Terraza del Casino en Madrid, y Ana Losada, maitre en el restaurante El Celler de Can Roca en Girona. Carmen González, directora de operaciones de Grupo Dani García, y Laura Gil, CEO de Grupo El Escondite, también destacan por su liderazgo. Además, Patricia Mateo, directora general de Mateo&Co, y Marta Seco, cofundadora y directora general de Grupo Paraguas, son ejemplos de empresarias exitosas en el sector.
Otras mujeres influyentes incluyen a Beatriz Sotelo, directora de operaciones en Grupo Amicalia, y Cristina Oria, fundadora y directora general de Cristina Oria. María Marte, jefa de sala en Club Allard, y Rosa Rivas, directora de operaciones en Grupo Tragaluz, también están dejando su huella en la industria. Además, María José Michavilla, directora general de Taco Bell Iberia, Adriana Bonezzi, directora general de Marcas de Restauración, Paloma Cabral, directora del departamento de Impacto en McDonald’s España, responsable en Asuntos Públicos y Corporativos, ESG, Comunicación o Isabel Mijares, primera mujer en dirigir una bodega en España, enóloga y química destacada, están demostrando que tienen mucho que aportar en la transformación de la restauración, liderando con innovación, creatividad y una visión inclusiva.