Aunque la hostelería avanza con paso firme hacia la eficiencia energética y la digitalización, hay un ámbito que sigue en la sombra: la seguridad laboral.
Sin equipos seguros, formados y motivados, ningún negocio puede sostener su crecimiento a largo plazo. Así lo afirma Tomás Jiménez Silva, director de Estrategia y Desarrollo de Previntegra e impulsor del ranking TOP 100 HORECA Sapiens, quien repasa los desafíos del sector y cómo una gestión preventiva bien integrada puede convertirse en el motor de la rentabilidad y la sostenibilidad.
Una inversión con retorno medible
“La seguridad laboral es la base sobre la que se sostiene cualquier modelo de negocio eficiente y sostenible”, afirma Jiménez Silva. Aun así, la prevención de riesgos laborales sigue siendo invisible en muchos establecimientos, donde la presión del día a día obliga a “apagar fuegos” en lugar de construir una cultura preventiva sólida.
“El reto está en cambiar la mirada: pasar de la obligación normativa a la oportunidad de gestión”, subraya. Según explica, cuando un restaurante o un hotel incorpora la seguridad como parte de su cultura, mejora la calidad del servicio, reduce el absentismo y fideliza a su equipo. “Esa es la verdadera eficiencia que todavía muchos no están midiendo”.
Desde Previntegra han comprobado que una buena gestión preventiva no solo evita sanciones o accidentes, sino que tiene un impacto directo en la rentabilidad. “Hemos visto reducciones de hasta un 30 % en el absentismo en establecimientos que han implantado programas de ergonomía y formación práctica en manipulación segura”, revela. Además, los equipos que trabajan en entornos donde la seguridad se valora muestran una menor rotación y un mejor clima laboral.
“La prevención, bien gestionada, no solo protege a las personas: protege la cuenta de resultados”, explica Silva
El experto insiste en que los costes indirectos derivados de una mala gestión preventiva —bajas, sustituciones, errores o deterioro de la imagen— suelen superar con creces la inversión inicial. “La prevención retorna en productividad, fidelización del talento y confianza del cliente. No es un lujo, es una estrategia empresarial inteligente”, declara.
Nuevos riesgos, nuevos modelos de gestión
La hostelería está experimentando un cambio estructural: plantillas más jóvenes, alta rotación y una presión operativa constante. “Estos factores están generando nuevos perfiles de riesgo que van mucho más allá de los tradicionales cortes, quemaduras o sobreesfuerzos”, explica Jiménez Silva. Aun así, recuerda que sigue siendo el sector con mayor índice de accidentabilidad por trastornos musculoesqueléticos, lo que demuestra la necesidad de reforzar las bases.
Pero los riesgos ya no son solo físicos. “Cada vez son más frecuentes los riesgos psicosociales: estrés operativo, fatiga mental, falta de desconexión digital o estilos de liderazgo inadecuados”, advierte. Según el director de Previntegra, muchos conflictos y sobrecargas emocionales surgen cuando se promociona a profesionales muy operativos que carecen de formación en gestión de personas.
Para afrontar esta realidad, han desarrollado programas como Encargados que Enamoran, que fortalecen las competencias de liderazgo y comunicación. “El objetivo es reducir la rotación y mejorar el bienestar de los equipos, porque un buen liderazgo es el mejor antídoto frente al riesgo”, resume Jiménez Silva.
La digitalización también trae consigo desafíos. La tecnificación de procesos y la adopción de nuevas herramientas exigen estrategias de formación continua y adaptación ergonómica y mental. “Por eso impulsamos una visión integral de la prevención, que combina seguridad física, salud emocional, cultura preventiva y consultoría alineada con la normativa y el nuevo Convenio de Hostelería”, apunta.
En su opinión, la clave está en adaptar la prevención al nuevo modelo de hostelería: “más dinámico, diverso y tecnológicamente conectado”.
“La seguridad debe evolucionar al mismo ritmo que lo hacen las cocinas, las salas y, sobre todo, las personas que las hacen posibles”, afirma Jiménez Silva.
Un HORECA más humano y sostenible
Si algo resume la visión de Tomás Jiménez Silva es la idea de que la sostenibilidad también es laboral. “Un HORECA más humano y sostenible solo será posible si da la importancia que se merece a la seguridad y la salud de las personas”, define.
Para él, la prevención debe dejar de verse como un requisito legal y convertirse en una herramienta de competitividad y diferenciación.
“La prevención no resta agilidad, la multiplica. Es el ingrediente invisible que permite que todo funcione sin sobresaltos, con personas que disfrutan de su trabajo y negocios que perduran en el tiempo”, finaliza Silva.





