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Cocinando a fuego alto: el precio emocional de trabajar en hostelería

por | Feb 22, 2025

Cada vez son más las personas que deciden hablar sobre sus adicciones de una manera abierta, transparente y honesta, especialmente personajes públicos, para destapar el lado invisible de la hostelería: la erosionada salud mental y las adicciones en un sector que no duerme.

Lo han hecho, en una auténtico alarde de valentía, Javier Giner, con su Yo, adicto, un relato en primera persona que daría lugar, posteriormente, a una serie en Disney+ creada por el propio autor; el ganador del Goya 2025 a la mejor interpretación masculina protagonista, Eduard Fernández, en Lo de Évole, o David Seijas, exsumiller de elBulli y ponente en el II HR SHOW de Barra de Ideas del 27 de febrero. Este último en Confesiones de un Sommelier

De entre todos los testimonios, que merecen, cuanto menos, el más sincero respeto de una audiencia cada vez más desprovista de la verdad, de lo auténtico, nos quedaremos hoy con el de Seijas porque, al fin y al cabo, transita por los claroscuros de del escenario en el que nos movemos, el de la restauración.

Hostelería al límite: cuando el estrés, la presión y las adicciones apagan la pasión

Señala este profesional que el ritmo frenético de la hostelería es un caldo de cultivo idóneo para exacerbar esa enfermedad que es la adicción. Las exigencias, la presión, el fácil acceso, las jornadas maratonianas…, todo suma para llevar a una persona hasta el límite.

La Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y Salud de 2015 en EEUU, de la que se hacía eco El Confidencial, señalaba que tras la minería y la construcción, el sector de la hostelería y la restauración era el más propenso a un consumo elevado de alcohol.

En España, este es un problema del que se han hecho eco, además de Seijas, Raül Balam Ruscalleda, chef con dos estrellas Michelin, a través del libro Enganchado. Que el consumo de alcohol esté culturalmente tan aceptado y arraigado en nuestro país tampoco ayuda, como han señalado varias de las personas que han hablado públicamente sobre su condición de adictas. 

Datos de consumo en España

En España, el alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida. Según la Encuesta sobre alcohol y drogas en población general en España, 2024, en 2023, el 75,9% de los jóvenes de 14 a 18 años había consumido alcohol alguna vez en la vida (73,7% de los hombres y 78,1% de las mujeres), el 73,6% en el último año (71,2% de los hombres y 76,1% de las mujeres) y el 56,6 % en el último mes (54,5% de los hombres y 58,7% de las mujeres). El 47,5% de los estudiantes de 14-18 años admitió haberse emborrachado alguna vez en la vida, el 42,1% lo hizo en el último año y el 20,8% en el último mes. 

Según el citado estudio, la edad media de inicio en el consumo se sitúa entre los 13,9 y los 15,4 años. Además, se observa una tendencia estable en la evolución. En todas las sustancias psicoactivas, las prevalencias de consumo aumentan con la edad.

En la población general, de 15 a 64 años de edad, el consumo de alcohol está ampliamente extendido. Según el informe Monografía sobre alcohol 2024, el 93,2% de las personas declara haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida, el 76,4 % alguna vez en el último año y el 64,5% en el último mes. Un 9% de las personas de 15 a 64 años reconoce el consumo diario de alcohol en el último mes. 

Y mientras un 56,1 % señala entre las razones que es divertido y anima la fiesta, un 44 % esgrime que le gusta como se siente después de beber, un 19,6 % que les ayuda a no sentirse excluidos, y un 12,6 %, que les ayuda a olvidarse de todo.

Algunas de las soluciones propuestas desde el sector de la hostelería

No en vano, la estrategia nacional sobre drogas de 2009 a 2016 ya incluía un plan de prevención de las drogodependencias y adicciones en el sector hostelero donde se recogían múltiples medidas y recomendaciones, entre ellas:

  • La ausencia de consumo del personal en el puesto de trabajo.
  • Evitar la transmisión de mensajes de complicidad, por parte de los y las profesionales de la hostelería, con el consumo abusivo de alcohol y otras drogas.
  • Cuidar y tener entre ellos y con la clientela unas relaciones saludables y responsables.
  • Evitar la venta y/o expedición de alcohol a las personas con evidentes síntomas de embriaguez.
  • Saber afrontar los posibles conflictos que surjan por no dispensar alcohol a personas en estado de embriaguez.
  • Recomendar el consumo de alcohol espaciado y promover el consumo intercalado de bebidas no alcohólicas y alimentos sólidos.
  • Eliminar el consumo gratuito de alcohol en las promociones de marcas de bebida y suprimir las barras libres y los happy hour como medio de captación de clientela.
  • Realizar promociones de bebidas sin alcohol.
  • Impulsar la coctelería con baja graduación alcohólica.

Todas estas soluciones pretenden no solo propiciar un menor consumo de alcohol y otras drogas entre la clientela, sino entre el propio personal. 

A todas ellas habría que sumar ese elenco de medidas en favor del bienestar en las plantillas (conciliación, salario emocional, etc.), de las que venimos hablando largo y tendido en BDI, tan necesarias para preservar la salud física y mental de los equipos de trabajo en el sector.

Raquel Santos
Raquel Santos

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