Los empresarios hosteleros no encuentran candidatos cualificados

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Hace un par de años el “boom” de la construcción provocó un aumento en la demanda de mano de obra, mientras el sector de la restauración quedó asolado ante la falta de trabajadores. Sin embargo, por paradójico que resulte, ahora el efecto de la burbuja inmobiliaria que ha hecho estallar la crisis ha provocado una emigración a la inversa, empleados de este sector huyen al de la restauración. Los trabajadores han visto en este ámbito una oportunidad, una decisión en la que prima la necesidad de trabajar antes que la vocación o la experiencia que se tenga para el puesto.

Falta de profesionalización en el sector de la restauración

Una encuesta de ManPower Professional realizada entre más de 1.000 empresarios pertenecientes a distintos sectores económicos, arroja datos reveladores sobre la falta de formación en el mundo profesional. El 23% de los empresarios consultados habrían contratado a más personal de haber encontrado una mayor cualificación en los candidatos. Según el portal de empleo Laboris, el sector más afectado es el de la hostelería y la restauración, donde un 38% de los empresarios no ha encontrado suficiente personal para cubrir todas las vacantes.

Del informe se concluye que es cada vez más difícil encontrar profesionales cualificados en sectores como la hostelería. Un déficit formativo que repercute en los resultados del negocio. Sin embargo, respecto a Europa, países como Francia, Países Bajos o Noruega, no acusan la escasez de profesionales formados.

De hecho, la directora de Recursos Humanos de Linkers, Marianela Oliveras, afirmaba que muchos de los empleados carecen “de profesionalización, de flexibilidad y de conocimientos para la formación tanto del empleado como del empresario… pero también de proyección y fidelización”.

Tener conciencia de la falta de profesionalización es vital, tanto para los propietarios del negocio como para los que potenciales empleados. Abogar por la formación para ser más competitivos es la clave. Una política ya asumida por otros territorios como Londres o el Caribe, y es que para gestionar bien un restaurante es necesario tener una estructura con una formación sólida que la haga competente.

Un equipo profesional no sólo depende de los conocimientos de cada uno en las distintas áreas del negocio, sino más bien en la especialización de cada uno en alguna de ellas. Es decir, que exista diversidad vocacional que se completen entre ellos para disponer de un servicio íntegro de cara al cliente. Además de tratar de ser el mejor en tu área, también debes velar porque haya diversidad en los perfiles de tus empleados que cubran el abanico de ámbitos del negocio.

La gestión de un restaurante supone un compromiso con el equipo al que hay que motivar y formar, y con el cliente, al que hay que ofrecer un servicio lo más completo posible. El mensaje es bien claro: sin formación no hay buen servicio. Camareros, chefs y empresarios están obligados a ello, y más, en estos momentos de crisis, en que la diversidad en la oferta es tan valorada  por el cliente. Pero una diversidad, basada cómo no, en la variedad de perfiles de excelente formación.

Gestor hostelero como catalizador de habilidades

Esta dificultad se intenta paliar con los cursos intensivos o la implantación de condiciones laborales que hagan más atractivo el trabajo. Es decir, que un sueldo no sea lo único que motive al trabajador sino que otros aspectos destaquen por encima de éste, como las posibilidades de formación dentro del entorno laboral o el aprovechamiento de los conocimientos del personal en otros campos. Impulsar las marcas personales de los empleados, animando a que cada uno aporte sus habilidades personales como un valor añadido al servicio ofrecido es la misión del gestor.

Sirva como ejemplo, el camarero Miguel de Miguel, que basa su aportación en un servicio diferente apoyado en el espectáculo, otros empleados quizás interesados en decoración pueden colaborar en la mejora del negocio diseñando pequeños detalles que rompan con el aspecto habitual del restaurante introduciendo una decoración temática o específica en fechas especiales, quizás otros, puedan distinguirse por su interés en temas de nutrición y ayudar en la elaboración de la carta. Estas son algunas ideas de marketing tanto interno como externo, que hacen que el empleado sienta que su trabajo es realmente importante en el buen funcionamiento del negocio, pero para ello es el gestor el que tiene que reconocer esas habilidades o intereses personales para integrarlos en la función de cada uno de ellos.

Y tú… ¿has reconocido cual son las habilidades de cada uno de tus empleados para ayudarles a desarrollarlas en su beneficio y en el de tu negocio?¿Y a qué esperas?

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