Hoy en día, un restaurante no vende comida. Vende experiencias. Y estas engloban un amplio elenco de factores a tener en cuenta. Nos referimos al trato a la clientela, a la puesta en escena de los platos o a la atmósfera en la que se desenvuelve la magia gastronómica.
De todo esto va el Street food, de vender un concepto de cocina y de consumo de alimentos que comienza a ser tendencia.
¿Cómo reconocerlo? Te facilitamos algunos lugares comunes de las propuestas que surgen actualmente:
La comida, sabores gourmet en forma de hamburguesa, perritos…, lo que se conoce como comida callejera.
El ambiente, desenfadado.
La decoración, de vanguardia y cuidada hasta el extremo.
La iluminación, eminentemente acogedora.
Y para muestra, la de Francisco Segarra y el proyecto hostelero Julieta Burgery, en la ciudad de Castellón de la Plana, donde se percibe ese mimo y apuesta estética. O la de una alternativa tan fresca y espontánea como la de La Fábrica de Hielo, un espacio creativo independiente frente a la Playa del Cabanyal (Valencia), que contribuye a la difusión artística a través de una magnífica agenda cultural donde se puede comer hamburguesas, bocadillos al grill y demás propuestas de Street food en su interior.
Cosmopolita y desenfadado
De hecho, los locales Street food tratan de emular el ambiente cosmopolita, transgresor y desenfadado que se respira en ciudades efervescentes como Nueva York, Berlín o Barcelona. El objetivo: crear un lugar de culto para una generación de jóvenes ávidos de nuevas experiencias.
Este modelo de negocio de alimentación llega tras una oleada de apuesta callejera. Es decir, de alternativas que han conquistado el centro de las ciudades, e incluso los extrarradios, sobre ruedas, a lomos de food trucks, con enorme éxito.
Un éxito que han logrado alcanzar gracias a la combinación de lo mejor de la comida rápida: su sencillez, precio y agilidad en las fases de cocinado y consumo; sin dejar de lado dos elementos fundamentales de la buena cocina: la calidad de los alimentos y la originalidad a la hora de presentarlos.
Así pues, podríamos decir que el Street food es una vuelta de tuerca más a este fenómeno que trasciende las calles de Nueva York (EEUU) y arrasa en Italia, Grecia o Senegal.





