¿Quién dijo que un restaurante solo se cuenta en platos? Hoy, la historia que hay detrás de un local sabe casi tan bien como su receta estrella. Con la Feria del Libro llenando Madrid de tinta y talento, no podíamos resistirnos a preguntar: ¿qué tienen en común la literatura y la gastronomía? Mucho más de lo que crees.
En plena era de los reels, los QR en la carta y los TikToks de cocineros con más fans que escritores consagrados, contar una historia —de verdad— se ha vuelto un arte tan valioso como dominar el punto exacto del risotto. Porque los restaurantes ya no solo alimentan el estómago: alimentan la imaginación. El relato es clave en la experiencia gastronómica, empieza mucho antes del primer bocado y se prolonga más allá del último café. Desde cómo se escribe una carta, se diseña un espacio o se narra un plato en redes sociales, el relato se ha convertido en ingrediente clave del éxito.
Y aquí va el dato: según el informe “Global Food and Drink Trends 2024” de Mintel, el 67% de los consumidores afirma sentirse más conectado con un restaurante cuando conoce la historia detrás de sus platos, productos o ingredientes. No se trata de marketing vacío. Se trata de conectar. De emocionar. De diferenciarte. También según el informe Tendencias de consumo 2024 de NielsenIQ, el 63% de los consumidores valoran más una marca si se sienten identificados con su historia o valores. Y esto también se aplica a los restaurantes, donde el storytelling crea comunidad, da sentido a los conceptos y fideliza a largo plazo.
Entre libros y cucharas
¿Y si un restaurante fuera también una librería? En ciudades como Madrid o Barcelona, florecen proyectos híbridos donde las letras se sirven con café caliente y tostadas. Librerías-cafetería como Tipos Infames, La Fugitiva, La Infinito o Swinton & Grant no solo venden libros: crean comunidad. Son espacios donde las mesas no se reservan solo para comer, sino para escuchar, conversar y descubrir.
Estas librerías gastronómicas apuestan por un modelo de negocio más sostenible emocionalmente. Uno que se apoya en la cultura para fidelizar, atraer a nuevos públicos y generar un vínculo con su entorno. Porque lo que hace que un restaurante se llene no siempre es su ubicación, a veces es su alma.
- Tipos Infames (San Joaquín, 3): librería-café que se ha convertido en referente del maridaje entre narrativa independiente y vino.
- La Fugitiva (Santa Isabel, 7): una librería-café de espíritu rebelde, con presentaciones de libros, tertulias literarias y mucho aroma a café de especialidad.
- La Infinito (Tres Peces, 22): combina libros, café y brunch con una programación cultural que dinamiza su barrio.
- Swinton & Grant (Miguel Servet, 21): un espacio híbrido de arte urbano, librería y cafetería que une generaciones creativas en Lavapiés.
¿Qué historia cuenta tu restaurante?
Crear un storytelling auténtico no requiere grandes recursos, pero sí coherencia, propósito y voz propia. ¿Por qué cocinas lo que cocinas? ¿Qué quieres que sienta el cliente al cruzar la puerta? ¿Qué te hace único?
La literatura nos recuerda que cada detalle cuenta: el nombre, el tono, la carta, la decoración, los aromas, los silencios. Tu restaurante también es un relato, y tú, su narrador principal.
Ideas para aplicar ya en tu restaurante
¿Tienes un restaurante y quieres empezar a contar tu historia (bien)? Aquí van tres pistas:
- Haz de tu carta un relato. Nombra platos con referencias culturales, personales o locales. ¿Qué pasaría si ese salmorejo fuera “el de la abuela Lola”?
- Cuéntala en redes como si fueses un autor. Que tu feed no sea solo estético. Que tenga voz. Humor. Alma. ¿Quién eres y por qué haces lo que haces?
- Aliéntate con la cultura. Une fuerzas con librerías, poetas, músicos o festivales. Que tu mesa sea también un escenario.
Apostar por el storytelling no es una moda: es una necesidad estratégica. Y si encima sabes combinarlo con libros, cultura o valores que importan, el impacto es doble. Porque como decía el escritor Eduardo Galeano: “Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias.”
