Por Eva Gómez del Pulgar | La hostelería, lejos de ser una simple parte del sector servicios, se erige como uno de los pilares fundamentales de la economía de nuestro país.
Desde el bar de barrio más modesto que nos podamos encontrar, hasta los grandes y lujosos hoteles de fama internacional, la industria hostelera no solo satisface nuestras necesidades culinarias y de alojamiento, sino que también forma parte del crecimiento económico, promoviendo también las relaciones sociales.
Así, en términos económicos, la hostelería es un gigante silencioso que genera empleo masivo y contribuye significativamente al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
A través de la creación de los distintos puestos de trabajo del sector, es decir, desde chefs y camareros, hasta directores de hotel, gerentes de empresas de ocio y personal de limpieza, la industria ofrece oportunidades laborales accesibles a personas de diversos perfiles y niveles educativos.
Además, su capacidad para atraer inversores, tanto locales como extranjeros, la convierte en un motor de desarrollo económico en todas y cada una de las Comunidades Autónomas de nuestro país.
La hostelería, como cualquier otra industria, está inmersa en un entorno empresarial dinámico y en constante evolución:
- Los cambios en las preferencias del consumidor
- Los avances tecnológicos
- Las nuevas tendencias emergentes
Por todo ello el sector se enfrenta a una serie de desafíos y oportunidades que requieren una respuesta ágil y activa por parte de los profesionales.
La formación, la vía para transformar de forma sólida el sector
En este contexto, la formación se convierte en la herramienta indispensable para el éxito de la hostelería, pues, a medida que los gustos, las preferencias y las expectativas de los consumidores cambian o evolucionan, los profesionales del sector deben de estar preparados para ir adaptándose y satisfacer estas nuevas demandas.
Un hecho relevante es el incremento, por parte de los consumidores, de la elección de alimentos y bebidas saludables o la personalización de experiencias gastronómicas. Para esto se requiere de la preparación del personal de cocina para la realización de estas técnicas culinarias de última generación y del personal de sala cualificado para las nuevas técnicas de servicio.
A este hecho, se han de añadir los avances tecnológicos que están transformando rápidamente la forma en que se trabaja en la hostelería, desde la gestión de reservas online hasta la implementación de sistemas de automatización en las cocinas.
La tecnología está redefiniendo los procesos y las operaciones en todo el sector, y, para mantenerse actualizados los profesionales hosteleros deben estar familiarizados con el uso de herramientas y plataformas digitales, así como la gestión de datos y análisis para mejorar la eficiencia y la experiencia de los clientes.
Asimismo, la aparición de nuevas tendencias como la sostenibilidad medioambiental, alergias e intolerancias, inclusión cultural, la personalización de servicios, etc… requieren de una formación específica y de una mentalidad abierta hacia la innovación.
Por ello, los profesionales han de estar dispuestos a aprender y a adaptarse a estas nuevas tendencias, de esta manera estarán cada vez mejor preparados y posicionados pudiendo destacar en un mercado cada vez más competitivo y exigente.
Dos casos de éxito
La formación es crucial para que los profesionales de la hostelería se adapten a los cambios del mercado y satisfagan las necesidades en constante evolución de los consumidores, como prueba de ello disponemos de los siguientes ejemplos reales de empresas que han reconocido su compromiso por la formación y el desarrollo profesional de sus empleados:
El Grupo Marriott International, que es una de las cadenas hoteleras más grandes del mundo, y posee el programa “Marriott Global Academy”, en donde la compañía ofrece una amplia gama de cursos y capacitaciones online, así como oportunidades de desarrollo de liderazgo, como resultado de esta inversión en formación, Marriott ha logrado mejorar la satisfacción del cliente, aumentar la retención de empleados y mantener altos estándares de calidad en sus establecimientos en todo el mundo.
Restaurante Noma, situado en Dinamarca y considerado uno de los mejores restaurantes del mundo.
Es conocido por su enfoque en la innovación culinaria y la excelencia en el servicio. Su chef y propietario, René Redzepi, ha invertido considerablemente en la formación de su equipo, proporcionando oportunidades para viajar, aprender de otros chefs de renombre y experimentar con ingredientes y técnicas culinarias vanguardistas.
Esta dedicación a la formación ha contribuido a la reputación de Noma como un destino gastronómico de clase mundial y ha sido fundamental para mantener su posición en la vanguardia de la industria.
Así, la formación en el sector no es un simple requisito opcional, sino una necesidad imperativa en un mundo en constante cambio, y, los profesionales que invierten en su desarrollo profesional y mantienen una mentalidad de aprendizaje continuo estarán mejor equipados para poder enfrentarse a los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece este emocionante y dinámico sector.





