Consecuencias de innovar sin haber optimizado tu negocio
Hola a tod@s,
hoy quiero empezar con una pregunta. ¿Habéis optimizado vuestro restaurante? Si os estáis preguntando qué es eso, es evidente que la respuesta es que NO. Si la respuesta es sí, lo estáis haciendo perfecto. Pero si es que NO, entonces debéis parar un momento y leer este post, porque os evitará muchos disgustos en el futuro.
Veréis. La Primera Ley de Newton dice que “un objeto en reposo tiende a seguir en reposo” mientras que “todo cuerpo en movimiento tiende a seguir en movimiento con la misma velocidad, dirección y sentido, a menos que el cuerpo interactúe con otros cuerpos”. En definitiva, lo que Newton venía a decir en su Primera Ley es que los cuerpos tienden a seguir haciendo lo que estaban haciendo.
En física, esto se conoce como inercia y, por raro que parezca, los negocios (y tu restaurante también lo es) también la experimentan. En el caso de tu restaurante, la inercia positiva marcaría que los resultados seguirán siendo buenos conforme vayas avanzando e innovando pero, del mismo modo, una inercia negativa provoca que, mientras no hayas optimizado tu negocio para invertir la mala inercia que lleva, cualquier remedio que pongas, por bueno que sea, terminará dando malos resultados.
La inercia negativa tiene además un efecto engañoso en muchos casos. Si tu restaurante tiene una inercia descendente y empiezas a poner en marcha un Plan de Innovación, los resultados se vuelven a elevar. Pero tengo una Inercia, estoy bajando. Eso quiere decir que, pasado el efecto inicial de la estrategia de Innovación que esté utilizando, mi inercia me hace volver a bajar. Así pues, debes tener en cuenta que la inercia tarda un tiempo en hacer efecto y esto no es malo, ya que igual que se obtienen resultados rápidos, se llega a decepciones rápidas. Veamos cuáles son las tres principales consecuencias de innovar en tu negocio sin haberlo optimizado primero.
–Aceleración de los resultados negativos del negocio: innovar requiere de un proceso de conocimiento del propio negocio, y de la puesta en marcha de una estrategia bien diseñada que se base en la situación real del negocio para poder crecer a partir de ella. Si no hemos optimizado el negocio antes de poner en marcha la innovación, lo más probable es que al principio los resultados mejoren, pero rápidamente volverán a su inercia descendente y no sólo empeorarán, sino que cavarás más deprisa tu propio agujero.
–Pérdida masiva de clientes: para innovar correctamente, un negocio debe conocer muy bien a su cliente objetivo y ofrecerle cosas que entren dentro lo que es valor para ellos. De los valores por los que el cliente nos compra. Si no es así, si la innovación no va enfocada de este modo, la pérdida de clientes está asegurada. La única manera de enfocar adecuadamente la innovación es optimizando nuestro negocio antes de ponerla en marcha.
–Cierre: ésta es la más dolorosa de las consecuencias y también la que le espera a cualquier negocio que no ponga los pasos en marcha correctamente. Innovar sin optimizar nos lleva al cierre del negocio por la vía rápida.
Así las cosas, merece la pena dedicar tiempo y recursos a la optimización del negocio antes de poner en marcha un Plan de Innovación que se convierta en un parche a los problemas del restaurante o peor: que sirva como un auténtico catalizador del cierre en lugar de conseguir que el negocio remonte.
Observa tu negocio detenidamente y pregúntate si los resultados que estás consiguiendo con tu innovación son los que esperabas y si, cuando pusiste tu plan en marcha, habías optimizado ya tu negocio. Si la respuesta es No, es hora de detener completamente la Innovación que estés haciendo, optimizar tu negocio y disponerlo todo para que tus esfuerzos por mejorar den realmente resultado.
Ponte en marcha para mejorar tu restaurante desde hoy mismo, no busques más razones (excusas) para dejarlo para más adelante.