La sobrina de la fundadora de La Vaca Verónica, Mariana Gyalui, decidió tomar las riendas de la gestión del negocio familiar imprimiendo al local un original toque de modernidad bajo el nombre de Laverónica.Todo en este local sorprende, desde su espectacular interiorismo con iconos del diseño del siglo XX, piezas hechas ad hoc por pequeños artesanos y artistas emergentes, a su propuesta culinaria basada en el máximo respeto y honestidad por las materias primas escogidas. Ubicado en la Calle Moratín, 38 de Madrid, Laverónica, a pesar de su renovada estética, sigue conservando su espíritu de casa de comidas a través de un producto muy escogido y de recetas que, sin dejar de lado la innovación, se fundamentan en la tradición. De la carta original se conservan dos platos que por sí solos han creado parroquia: la pasta fresca con carabinero (que se trincha en sala) y la carne Laverónica, entraña de vaca asturiana con patatas fritas caseras de la que sirven cerca de 150 kilos semanales por su excelente relación calidad-precio.