Gastro Emprende Madrid | Christian Rueda no se define por los lugares donde ha vivido, sino por los saltos que ha dado. Venezuela, Ecuador, Estados Unidos y España. Cada país, un capítulo. Cada caída, una lección. Cada mudanza, una oportunidad para volver a empezar. Ahora como socio Pignic, un negocio emergente en la restauración que ya vende 7 toneladas anuales de jamón en España. Esta es su historia de actitud emprendedora.
“Mi historia es la de alguien que no se conforma. Me gusta moverme, investigar, aprender. Creo que hemos venido a este mundo a vivir experiencias, no a quedarnos quietos”. Y vaya si las ha vivido. En Venezuela tenía una constructora, su primer gran proyecto. Pero las circunstancias lo empujaron a dar el salto. En Ecuador montó un restaurante, pero un terremoto y la falta de turismo lo obligaron a cerrar. En vez de rendirse, se fue a EE. UU., sin hablar inglés, y terminó gestionando tres restaurantes.
La comodidad nunca ha sido una opción para él. Aunque le iba bien en América, se enamoró de España. De su gente, su gastronomía, su “terraceo”. Así que, una vez más, preparó las maletas y volvió a empezar. “No conocía a nadie, ni siquiera tenía claro dónde vivir. Pero vine con lo más importante: ganas, pasión y curiosidad”.
Un día, caminando por Madrid, entró a un local donde probó un bocadillo de jamón. No solo le gustó el producto; se quedó analizando cómo funcionaba el sitio, cómo se organizaban. “Soy muy curioso, entro a un sitio y analizo todo: quién hace qué, cómo se mueven, cómo atienden”. Así fue como se cruzó con los fundadores de Pignic, un concepto que aún no exploraba el delivery. Christian les propuso ayudarles a ponerlo en marcha.
¿El sueldo? Ninguno. “Me gustan los retos, no los sueldos fijos. Les dije: si consigo vender 6.000 euros al mes, hablamos de un contrato. Y lo logramos”. Hoy, tras ese inicio sin garantías, es socio del negocio. Pasaron de cero euros en delivery a más de 20.000 mensuales. Venden más de siete toneladas de jamón al año en bocadillos. Y han hecho catering para clientes como Red Bull o Cruz Roja.
Todo esto, dice Christian, ha sido posible por una fórmula que aprendió de Víctor Küppers: C + H x A. Conocimiento, Habilidad… y Actitud. “Puedes saber mucho, tener muchas habilidades, pero si no tienes actitud, no avanzas. La actitud es lo que multiplica”.
