Elige mantel cuando comas fuera

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Ya sabías que las nuevas tecnologías están revolucionando el mundo favoreciendo la interactividad, pero lo que quizás no imaginabas es que podían ir tan lejos, llegando incluso a darle la vuelta a la tortilla. Ya no es el propietario el que elige el menú ni tan si quiera el mantel. El cliente ha tenido la razón desde siempre, o al menos esa era la creencia popular, pero ahora es una realidad.

La interactividad llevada a la máxima potencia hecha realidad en un restaurante singular. El restaurante madrileño «Eatperience» ha creado un entorno audiovisual para convertir sus mesas en paneles interactivos con los que el comensal puede elegir el estampado del mantel sobre el que va a comer, consultar la carta o la selección de vinos disponible y pedir lo que desea tomar.

Así lo explica uno de los tres socios de este nuevo establecimiento, Carlos Iván Ruiz, quien ha detallado que la idea de poner en marcha el negocio surgió “tras una cena entre amigos en la que ninguno era capaz de descifrar lo que ponía en la carta del restaurante” al que habían acudido. No estaba escrita en chino, pero debía parecerlo porque según Ruiz, los tres socios (dos de ellos ingenieros y uno, arquitecto) comenzaron a analizar qué posibilidades ofrecía la tecnología para solucionar dicho problema y desarrollaron un sistema que permitiera que cualquier cliente supiera qué ingredientes componían cada plato, cómo estaba elaborado y cuál era su aspecto final.

El resultado permite que en cada mesa se refleje, desde proyectores situados en el techo de la sala, algo parecido a una pantalla de ordenador, pero con una interfaz que simula un mantel. La elección del mantel es uno de los servicios que permite el sistema, con varios estampados y fotografías que permiten adaptar su aspecto al tipo de celebración o reunión que mantenga el cliente.

Cuando el comensal toma asiento, dispone de un menú al que puede acceder utilizando un puntero y donde encuentra todas las secciones de una carta tradicional: entrantes, platos principales, postres y bebidas. En el momento en el que el cliente selecciona uno de los platos, el programa le muestra su nombre, descripción, ingredientes y precio, así como una selección de imágenes a tamaño real que se van sucediendo en un espacio circular situado en el mismo lugar donde luego se colocará el plato.

Sin embargo no han desechado la figura del camarero ya que una vez hecha la selección, un camarero acude a la mesa para resolver las posibles dudas, asesorar sobre cualquiera de las propuestas culinarias y tomar nota de lo que los comensales han elegido, porque en opinión de Ruiz «en España y en Madrid el público necesita su figura y su asesoramiento«. No pretenden que el sistema evolucione hacia la desaparición del servicio en la sala, sino hacia la ampliación de la oferta de servicios, en función de las propuestas que les vayan sugiriendo los propios clientes.

Para sus propietarios, la principal ventaja del sistema es que supone una importante diferenciación respecto a la competencia y ahorra tiempo a los camareros, que no tienen que explicar a cada cliente cada plato.

«Las ventajas para el cliente son que se siente en un sitio completamente diferente, que tiene gran cantidad de información sobre el plato, que puede ver la imagen de lo que ha pedido, su precio y su ingredientes, y que personalizar su mesa en función del evento por el que ha acudido al restaurante», ha resaltado Ruiz.

A pesar de ello, Ruiz ha reconocido que la inversión inicial para poner en marcha este local supone un 50% más de lo que costaría un restaurante con carta tradicional. «Eso sin valorar el tiempo empleado en desarrollar el sistema –entre uno y dos años-, que podría encarecer el coste el doble o el triple», ha subrayado.

Fuentes:

http://www.gestionrestaurantes.com/noticies.php?id=9686&tipus=3

http://www.eatperience.com/

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