Por Luis Fernández | Como director de Casa Lorenzo, he vivido innumerables veces esa dulce sensación de ver el cartel de “completo” en la recepción y las salas del restaurante bullir de vida.
Es el objetivo de todo hostelero y hotelero: máxima ocupación, eventos a rebosar, la caja registradora contenta. Pero, y aquí viene la clave, el lleno total no es la meta, es el pistoletazo de salida para el verdadero desafío.
La temporada alta, con su promesa de bonanza, trae consigo un aumento exponencial de la presión operativa. La tensión se dispara, los equipos se estiran hasta el límite y, si no estamos preparados, los errores comunes pueden convertirse en auténticos talones de Aquiles. Salvo contadas excepciones de hoteles con ocupación constante, para la mayoría, la temporada alta es una carrera de fondo que exige una estrategia impecable
La anticipación: tu mejor aliada
En la gestión de la temporada alta, la anticipación no es una opción, es una obligación. No podemos esperar a que los huéspedes lleguen y los comensales llenen las mesas para empezar a actuar. La planificación debe ser meticulosa y comenzar con meses de antelación. .
- Análisis de datos históricos: ¿Qué aprendimos del año pasado? ¿Qué picos de demanda tuvimos? ¿Qué problemas surgieron con el personal o los suministros? Un análisis exhaustivo nos dará las claves para optimizar recursos y prever necesidades.
- Optimización de recursos humanos: La plantilla es el corazón de nuestro negocio. En temporada alta, es crucial dimensionarla correctamente. ¿Necesitamos refuerzos temporales? ¿Podemos formar a nuestro personal para desempeñar múltiples funciones? La flexibilidad y la polivalencia son oro. No olvidemos la importancia de la motivación y el bienestar del equipo; un personal agotado y descontento es un caldo de cultivo para los errores.
- Gestión de inventario y proveedores: ¿Tenemos suficientes existencias de todo? ¿Nuestros proveedores pueden responder a un aumento drástico de la demanda? Establecer relaciones sólidas y transparentes con ellos es vital para evitar desabastecimientos que paralicen la operativa.
Sistemas operativos infalibles: la clave de la eficiencia
Con el hotel y el restaurante a pleno rendimiento, la eficiencia se convierte en la máxima prioridad. Aquí es donde los sistemas operativos juegan un papel crucial:
- Digitalización y automatización: Desde el check-in online hasta los sistemas de comandas en el restaurante, la tecnología puede aligerar la carga del personal y minimizar errores. Implementar herramientas que automaticen procesos repetitivos libera tiempo para que el equipo se centre en lo que realmente importa: la experiencia del cliente.
- Protocolos claros y formación continua: Cada miembro del equipo debe saber exactamente qué hacer en cada situación, desde la limpieza de una habitación hasta la gestión de una queja. La formación no termina nunca; en temporada alta, refrescar procedimientos y practicar escenarios comunes es fundamental.
- Comunicación interna fluida: Los departamentos no pueden ser islas. Una comunicación constante y efectiva entre recepción, pisos, cocina y sala es la base para una operativa sin fisuras. Reuniones diarias breves y el uso de herramientas de comunicación interna pueden marcar la diferencia.
Errores comunes que debemos evitar a toda costa
El entusiasmo del lleno total a veces nos hace bajar la guardia. Aquí, algunos errores que debemos tener siempre presentes:
- Subestimar la presión sobre el equipo: Un personal estresado y sin el descanso adecuado cometerá más errores y su rendimiento bajará drásticamente. Fomentar los descansos, las rotaciones y un ambiente de apoyo es fundamental.
- Descuidar la calidad del servicio: El volumen no puede ir en detrimento de la excelencia. Mantener los estándares de limpieza, la calidad de la comida y la amabilidad en el trato es lo que nos diferenciará y fidelizará al cliente.
- Ignorar el feedback del cliente: Las quejas y sugerencias en temporada alta son un termómetro de lo que funciona y lo que no. Escucharlas activamente y actuar en consecuencia nos permitirá mejorar continuamente.
En Casa Lorenzo, hemos aprendido que el éxito en temporada alta no se mide solo por los ingresos, sino por la capacidad de mantener la calma bajo presión, la cohesión del equipo y, sobre todo, la satisfacción de cada persona que cruza nuestra puerta. Lleno total sí, pero con la mente fría y la estrategia clara. El verdadero reto comienza cuando el cartel de “completo” brilla.
*Es Director de Casa Lorenzo desde hace más de 25 años, uno de los establecimientos referentes en La Mancha.
Reconocido entre los 150 profesionales más influyentes del turismo en España, y con una trayectoria que combina liderazgo operativo, visión estratégica y mucha humanidad.