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Para saber qué es lo que está fallando en un negocio, lo primero que tenemos que hacer es mantener una actitud autocrítica. Haciendo un ejercicio mental que permita un repaso por todos los factores que influyen en el desarrollo del mismo, para descubrir dónde podemos mejorar.

Juan Carlos Alcaide, experto en Marketing, profesor de EAE Business School y la Universidad de Mondragón, explica en una entrevista para Barra de Ideas, que el principal problema del empresario español es su falta de planificación, su cortoplacismo y su falta de experiencia en gestión empresarial.

Sin embargo todo tiene solución siendo autocrítico y enfatizando en la relación con el cliente y en el desarrollo de la marca restaurante.

La relación con el cliente, testada mediante el servicio de sala; el conocimiento del grado de satisfacción del cliente respecto a la calidad de los productos, gracias a la recogida de opiniones mediante formulario o a través de las redes sociales; así como la fama o la reputación que tenemos entre los clientes, que tanto afecta al boca a boca, la especialización en un tema concreto… son los elementos que influyen en la reputación de la marca que estamos vendiendo y que la posicionan en la mente del consumidor.

La marca restaurante: marca amor

La relación entre la marca y el cliente, debe ser según Juan Carlos Alcaide, autor de “Marketing de acción”, y ponente de LID Conferenciantes, como una relación de amor “con un toque de misterio, un toque de sensualidad y un toque de intimidad”. Estableciéndose una relación emocional, una marca amor.

Ya lo decía Al Ries, el gurú del marketing, “el amor se ha convertido en ingrediente clave en los proyectos de marketing. Alcanzar el corazón del cliente, crear conexión, todo aderezado por atención y afecto, crea vínculos emocionales. Conseguir que los clientes se enamoren de la marca”.

Ya no se hace marketing de productos, si no marketing de experiencias, ¿por qué iba ser diferente en el sector de la restauración y la hostelería?

El amor hacia la empresa o la marca, ya sea del propietario, del empleado o del consumidor, se trata del compromiso, la implicación con la marca. Hemos pasado del carácter social del marketing 2.0 al marketing emocional o marketing 3.0.

Y tú, ¿en qué fase estás?¿Te has parado a pensar si estás haciendo de tu negocio un restaurante marca?¿Qué experiencias se pueden vivir en tu negocio de restauración? ¿Haces marketing 3.0?