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La celebración de la JMJ y los acuerdos gastronómicos entre los restauradores y la organización nos ha hecho vivir que algunos restaurantes hayan podido servir 300 comidas en dos horas durante un mes de agosto que de otro modo habría sido nulo.

La Confederación de Comercio de Madrid (COCEM) ha asegurado que sólo en tickets de comida del peregrino se han facturado 39 millones de euros y la ocupación hotelera ha crecido un 30 por ciento estos días respecto a las cifras de un mes de agosto normal.

Según publica ABC, Fehrcarem, que agrupa a numerosas empresas del sector de la hostelería y restauración en la Comunidad de Madrid, calcula que unos 2.500 locales participaron en la JMJ ofreciendo el menú del peregrino para llevar o para comer en el establecimiento. Por  6,50 euros que los participantes de la Jornada pagan con vales que reciben junto a su acreditación, los restaurantes reciben el dinero al ingresarlos en una cuenta bancaria especial.

Estos establecimientos, entre los que se encuentran cadenas de franquicias como VIPS, Rodilla, Fresco, Le Pain Quotidien, McDonald’s, Pans&Company, 100 Montaditos,  Burger King, Cañas y Tapas, Foster´s Hollywood, Wagaboo, Lizarran, Nebraska, Viena Capellanes, KFC, entre otros, aprovechan la coyuntura de la visita del Papa Benedicto XVI con un menú para los peregrinos del JMJ que sin duda les ayudará a aumentar sus ventas durante este evento.

Visto lo pasado y siguiendo con causas solidarias como la celebración de la Firma del acuerdo entre el Banco de Alimentos de Madrid y ASEACAM, en BdI nos preguntamos cómo podrían los restaurantes si quisieran, participar en una acción solidaria de este tipo.

Estas son las formas que tiene un restaurante de solidarizarse con los demás: “La comida de los restaurantes es difícil dársela a otros ya que suelen ser platos calientes o comidas preparadas, pero sí hemos ponemos en contacto al restaurante con la entidad que lo necesita más próxima de tal modo que los alimentos que sobran puedan ser utilizados sin estropearse. Buscamos la manera de qué hacer con esos alimentos” nos contó Javier Espinosa, Presidente del Banco de Alimentos de Madrid.

Al preguntarle por algún ejemplo nos cuenta que Cajasur vendió unos vales a un precio muy reducido mientras los restauradores prepararon unos menús con platos nutritivos pero baratos de elaborar y las familias que lo necesitaban, o que pasaban dificultades, podían acudir a estos restaurantes con sus vales. Esta iniciativa unificó las fuerzas de empresa privada, restauradores,  Banco de alimentos y las asociaciones que atienden a esas personas necesitadas.

La participación en una iniciativa como ésta bien podría ser una estrategia de marketing para atraer más público puntualmente, pero Javier Espinosa anima a los restaurantes a que no sea esa la única razón que les mueva  sino “la conciencia de que estamos pasando por un mal momento y la convicción de que merece la pena hacer un esfuerzo por los demás. Es verdad que al participar en algo así, a veces obtenemos una recompensa pero que no sea el marketing el móvil de una acción solidaria”.

Javier Espinosa opina que la sociedad es muy solidaria y lo es más cuanta más necesidad hay alrededor de ella. Pero reconoce que “todo es una cadena, por tanto participar en algo así repercute en la imagen del  empresario o del restaurante por la responsabilidad social que desempeña”.

Y ante las sospechas que pudieran tener  los restauradores acerca de la imagen que pueden dar al local albergando personas necesitadas, el presidente del banco de Alimentos nos aclara que “el perfil de la persona necesitada en la actualidad, no es del indigente clásico al que estamos habituados. Ahora esto nos puede suceder  a cualquiera, si uno pierde el trabajo, la situación se complica rapidísimamente.  Son personas a las que no les es fácil salir a la calle a mendigar, y hay que buscar la posibilidad de ayudar con delicadeza a estas personas, para lo que podríamos contar con los restauradores”.

¿Se te ocurre alguna idea?