Tendencias para diseñar la carta de tu restaurante

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Rodrigo Domínguez (@rodpoti) | Madrid | 4 de febrero de 2016

La carta es el primer momento de venta al que se enfrenta el consumidor cuando entra en un negocio de restauración. Ahí es donde va a encontrar la oferta gastronómica, uno de los elementos esenciales en la decisión de acudir a un local o a otro. Para el hostelero es un buen momento para diferenciarse de la competencia con una carta pulcra, clara, original, rica en información y a la vez concisa. Una serie de condiciones difíciles de aunar pero que conseguirán transmitir lo necesario al consumidor.

Si estás pensando en realizar una modificación de tu carta o emprendes un nuevo proyecto hosteleros, aquí van unos buenos consejos que hemos elaborado con la ayuda de Elena Vitoria, de Cartablanca Marketing Gastronómico: “El primer error, por desgracia muy común, no está en las cartas, sino en el hostelero al menospreciar la buena presencia de la carta, así nos encontramos con fotocopias plastificadas, cartas de polipiel grabadas con anagramas de bodegas y fundas de plástico en su interior, y lo que es más grave, a menudo en locales donde se han gastado miles de euros en decoración; en el estudio siempre comentamos que esto es algo parecido a vestirse con un traje de Armani y después ponerse una corbata comprada en un bazar chino”. Empezamos fuerte.

Foto: evaballarin.com

¿Cómo podemos hacer una buena carta sin morir en el intento?

1-. Debe ser eficaz

No te obsesiones con que sea atractiva como los cuadros de Kandinsky. Es más importante que sea funcional. “Obviamente si la carta es atractiva va a vender más y mejor, pero debe ser agradable a la vista y estar bien concebida porque es la primera experiencia que el cliente va a tener de nuestra cocina”, explica Elena Vitoria.

2-. Conecta con el local

Lo esencial en este caso es que tu carta sea un reflejo de tu local. En una carta bien hecha, el continente, el soporte físico, debe cuidarse tanto como el contenido, debe sorprender, conectar con el espíritu del local y transmitir los valores de nuestro local, de nuestra cocina.

[pullquote]»Tener una carta mal diseñada es como vestirse con un traje de Armani y después ponerse una corbata comprada en un bazar chino»[/pullquote]

3-. Grafismo y orden

El grafismo de la carta debe estar muy cuidado, el uso de las tipografías y la inclusión de ilustraciones o fotografías debe estar esmeradamente tratado. El orden en el que se exponen los platos y los epígrafes bajo los que se reúnen también tienen que estar pensados para guiar al comensal y seducirlo. “Uno de los errores más habituales es que a menudo encontramos cartas desordenadas, la oferta gastronómica no está reflejada en el orden natural en el que el cliente decide su comida. La solución es siempre pensar en cómo el cliente toma la decisión de qué va a tomar”, asegura Elena Vitoria.

4-. Un cliente, una carta

Cada cliente debe tener una carta para poder leerla sin tener que compartirla, así se darán tantas como personas se sienten a la mesa (a excepción de la de vinos, que se entregará una por mesa).

5-. Cuidado con las traducciones

Muchísimo ojo con cómo traducimos la carta. Se trata de que sea comprensible, no de hacer una traducción literal. El ejemplo de Elena Vitoria es muy gráfico: “Cuando un plato no tiene traducción se describe, aquí nos hemos encontrado con este ejemplo: La traducción de “Pulpo a la feria” como “Octopus to the party”, una traducción posible sería “Octopus, olive oil and paprika  with baked potato”, ante la imposibilidad de traducir el plato, lo importante es que el comensal entienda más o menos qué está pidiendo.”

¿Qué ocurre con las nuevas tendencias en cartas?

Elena Vitoria. Cartablanca Marketing Gastronómico

Esta semana nos encontrábamos con un nuevo post de la cazatendencias Eva Ballarín en el que nos adelantaba que las ilustraciones y fotografías volvían a estar de moda en las cartas de los restaurantes.

Respecto a los elementos fundamentales que están hoy triunfando en las cartas de los restaurantes españoles, se identifican los siguientes: cartas breves acompañadas de un par de sugerencias, el número de platos ronda entre los 15 o 20 en total y los vinos sobre la treintena. “Las cartas se hacen más sencillas y facilitamos su lectura en una sola página, a lo sumo dos, pero siempre todo plasmado en una misma ojeada”, explica Elena Vitoria.

Otra de las tendencias son las cartas digitales. Desde Cartablanca Marketing Gastronómico apuestan por el papel: “Es un soporte muy frío, vivimos pegados al móvil, es un soporte visual y auditivo, pero no nos da tacto, olfato ni sabor; comer es una experiencia sensorial completa, que para mí se inicia en el momento en el que abro una carta de papel”. Aunque añade Elena Vitoria que es una tendencia válida y con proyección, aunque exige más atención, si cabe. “En las cartas digitales hay que cuidar mucho, más si cabe, el grafismo de la carta, el cual pide un mayor cuidado de contenido, ya que la opción multimedia permite (y pide) una mayor cantidad de información, fotografías de buena calidad (la fotografía “casera” puede proyectar una imagen negativa de nuestra cocina), en definitiva un diseño gráfico bien hecho.”, remata.

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