Sólo tienes 2 minutos para seducir al cliente

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Cuando tu cliente cruza la puerta de tu bar, cafetería o restaurante está en tu terreno. Has logrado captarlo y que dé uno de los pasos más importantes: entrar por la puerta dispuesto a consumir.

Tendrá varias motivaciones para hacerlo. Por ejemplo por necesidad: necesita un café para arrancar el lunes, un refresco para hidratarse o un bocadillo porque está hambriento; por deseo: sueña con ese steak tartar que ha visto varias veces en Facebook, o quiere probar la recomendada cocina de tu nuevo cocinero; por impulso: el interiorismo de tu espacio a través de los ventanales es irresistible o en tu pizarra ha leído «ese plato mágico» que le obliga a elegirte a ti por encima de cualquier otra opción; o tal vez por conveniencia: es la una y media y tiene la costumbre de comer a esa hora, o eres el bar más cercano a la parada de metro de su cita de un sábado por la tarde.

Sea cual sea su motivación, está dentro. Está en tu casa. Y mandas tú. Tienes 2 minutos (tal vez 1 o tal vez 4, pero tienes un tiempo limitado) para venderle tus mejores opciones y lograr que consuma la cantidad que tienes establecida como precio medio por cliente, y que salga tan satisfecho que desee contárselo a todos sus amigos, hacerte la ola en sus redes sociales y volver mañana a por más.

Tienes 2 minutos y tú no vas a estar siempre ahí. En estos 2 minutos, tu camarero estrella puede estar atendiendo otra mesa y tu mejor camarera en el pediatra con su peque. Tienes 2 minutos para mostrarle todo tu potencial, orientar su decisión, comunicarte con él. Tic tac.

En ese momento, tu único y siempre fiel aliado es la carta. Una poderosa herramienta de ventas a la que el restaurador no acostumbra a darle la importancia que tiene y relega a un mero elemento más del servicio, sujeto a contener toda la oferta con un diseño más o menos acorde con el branding del negocio. Error.

La carta es tu mejor empleado. Siempre puntual y dispuesto a cumplir su cometido: informar, seducir, vender, comunicar, fidelizar. Un buen tratamiento del contenido de la carta aplicando técnicas de Menú Engineering junto con un diseño gráfico potente pueden aumentar tus ventas de una forma tan sencilla que te parecerá increíble. Estoy segura que ya has detectado la tendencia de trabajar de una forma diferente tanto la información como el layout de este integrante de tu equipo de sala. En las nuevas cartas, nada es gratuito ni casual, todo está estudiado y orientado a cumplir varias funciones en relación con tu cliente.

Conocer las reglas básicas de la clasificación de platos te ayudará para dar instrucciones claras a tu diseñador y lograr un documento que actúe como un incansable agente de ventas, un comercial a tiempo completo y a muy bajo coste. En mi web puedes consultar varios y entusiastas artículos sobre cómo identificar los diferentes tipos de platos de tu oferta gastronómica y qué tratamiento debes darles en su presentación sobre papel a los ojos del cliente.

Recuerda, tienes 2 minutos con cada cliente para vender más y mejor. ¿Vas a jugártelos con una mala carta?

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