Las meriendas ya no son sólo para niños.

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Redacción | Madrid

Si a principios del año 2012 estábamos anunciando la llegada a España de la fiebre del brunch (que no es que se hubiera inventado la pólvora, pero sí se estaba poniendo de moda). Ha llegado el momento de cacarear bien fuerte que las meriendas son las que ya no son el típico paréntesis que hacemos durante la tarde para llenar ligera y saludablemente nuestro estómago, sino que lo vamos a convertir en un acontecimiento social.

“Vamos a merendar” es el nuevo “nos tomamos una caña”.

Qué va, estamos exagerando mucho, pero ya nos adelantan los cazatendencias que la merienda se ha puesto de moda en las cafeterías más sofisticadas de Londres, París o Nueva York por ejemplo, por lo que no es de extrañar que en España sea una costumbre que gana adeptos cada día.

Hace unos meses, en verano, ya nos adelantaba Moncho López, fundador del obrador Levadura Madre, que las meriendas resurgían: “En hostelería han proliferado las panaderías-cafetería. En una reunión con otros profesionales del sector para analizar la situación sacamos la conclusión de que cuando nos vemos dos amigos, nos suele dar igual el tipo de negocio al que acudimos: si es un bar cuidado o tiene serrín en el suelo. Sin embargo, creemos que cuando dos mujeres de un nivel medio se juntan para tomar algo y hablar buscan un lugar bonito, agradable, confortable y si hacen el pan, mejor. Este cambio se viene produciendo porque hace años, muchos, la mujer no salía tanto y ahora sí. Y ahí creo que se desarrolla este concepto de meriendas.”

Independientemente de la connotación de género a las que hace referencia Moncho, nos quedamos en este caso con la referencia socioeconómica: personas de nivel medio. Es decir, la merienda es más que un momento del día más para llenar el estómago, se trata de un acontecimiento social. Eso le da más posibilidades al hostelero para ofrecer diferentes opciones para el consumidor y con mayor margen de beneficio para el negocio.

Las meriendas le están restando protagonismo al mismísimo brunch. En Inglaterra desde luego no son una novedad porque el afternoon tea es el refrigerio más sofisticado que podamos pensar, pero en países como España, Francia o Italia era simplemente un tentempié necesario únicamente para los menores de 12 años y los mayores de 70.

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¿Cómo conseguimos el éxito con las meriendas?

Genial, ya sabemos que están poniéndose de moda, pero ahora tenemos que ofrecerle al consumidor algo especial que le haga entrar en nuestra cafetería en lugar de la del vecino. Se nos ocurren algunas ideas, todas sencillas y básicas:

  • Ofrece meriendas completas: una bebida y un dulce o salado con un precio cerrado para que la clientela lo vea como una consumición en su conjunto.
  • Mejor si es casero. Pero de verdad. No hace falta que lo prepares tú, seguro que en tu entorno hay pastelerías que preparan dulces muy ricos y que no son industriales. No abundan, pero es posible encontrarlas y el cliente lo agradecerá.
  • Y también que haya opciones saludables. Genial el tema dulces y salados, pero no te olvides de la fruta. No es lo más habitual, pero una macedonia de frutas, por ejemplo, podría llegar a ser tu plato estrella en la merienda. ¿Te atreves?
  • Saca la pizarra a la calle. No hay nada tan clásico ni tan clásico y tan efectivo. Una oferta del día con una bebida y un plato “sólido” junto al precio anunciado en una pizarra en la puerta del negocio.

 

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Un negocio entregado a las meriendas.

Una de las mejores ofertas que podemos disfrutar en Madrid es la de Bendita Locura Coffee & Dreams,  donde encontramos riquísimas tartas y bizcochos caseros, tortitas o bagels salados. Ofrecen diferentes combinaciones como café o té con pastas inglesas, brioche o sándwich de pepino en pan de tomate. Para los más canallas tienen una oferta de gintonics combinados con su famosa tarta de zanahoria o de queso.

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