2012, año de la profesionalización del servicio

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Elena Ariztia, gerente del IFE
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Elena Ariztia, gerente del IFE

Durante este año que está a punto de terminar, la proliferación de Ferias profesionales como Restauración Moderna o FESCAM, han incidido en la importancia de la formación en un sector como el de la restauración y la hostelería.

Quedó atrás el amateur que se sacaba unos euros trabajando temporalmente como camarero por salir de una situación de paro laboral. En la actualidad la profesionalización cada vez es más exigible, ya que los puestos vacantes se nutren no sólo de los españoles víctimas de la crisis, sino también de los extranjeros afincados en nuestro país.

La competencia es brutal y el valor añadido de cualquier persona que opta a un puesto de trabajo en el sector debe ser la profesionalización, ya que necesita estar a la altura de las circunstancias para ser competitivo. Y ésta ha resultado ser el mejor marketing tanto para el empleado, que desarrolla una marca personal con el sello que imprime la calidad de su desempeño, como para el negocio que debe distinguirse de la competencia de algún modo.

Excelencia en el servicio un sello de calidad

El 2011 ha resultado ser el año de la formación en todos los sectores, ya que el paro ha hecho que los desempleados  dispongan de más tiempo,  y requieran de más conocimientos para adaptarse a las necesidades del mercado laboral. Pero también los trabajadores, que han visto amenazados sus puestos de trabajo por los recortes, han encontrado razones para seguir aprendiendo para convertirse en empleados más necesarios, insustituibles si es posible…

La Cámara de Comercio de Madrid, conocedora de la situación, propone cursos de formación a aquellos que piensan así. Maestresalas, baristas y sumilleres dispuestos  a ceder parte de su tiempo por obtener un título fruto de un examen de excelencia que avale la calidad de su trabajo, como el celebrado este año en el Hotel Wellington.

Pero nada de esto sería posible si los propietarios de los negocios restauración en los que trabajan estas personas, no colaborasen también, concediéndoles los permisos necesarios para poder asistir a estos cursos.

Y es que no hay mal que por bien no venga, quizás algunos días andarán apurados, con algo menos de personal, mientras un miembro del equipo asiste a estos cursos, pero si finalmente el interesado pasa los exámenes, el restaurante u hotel contará con un valor añadido, el de un servicio excelente, avalado por una institución oficial, un sello de calidad que nunca está de más.

Elena Ariztia, gerente de la Escuela de Hostelería del IFE (Instituto de formación Empresarial) de la Cámara de Comercio de Madrid, lo ve así: “los hoteles pueden ofrecer mejores condiciones de horarios para los trabajadores que quieren disfrutar de estos cursos”.

Las expectativas profesionales se abren para los trabajadores, ya que es un título conocido en el sector, por eso, no sólo los ganadores si no todos los estudiantes de estos cursos, llevan puesto el pin del que hace entrega la Cámara de comercio, haciendo evidente su participación en los mismos. Cualquier edad es buena, si estás motivado por la formación, en esta profesión el cumplir años no es un hándicap.

También los restaurantes y hoteles,  consideran la experiencia y la formación como una garantía que convierten en argumento de venta, lo que no evita que haya que usar estrategias de marketing para atraer al cliente. Sin embargo, lo que consigue hacer un profesional que ofrece un servicio excelente es “fidelizar” al cliente una vez que está en el establecimiento.

Cuando el turista habla de gastronomía española, también habla de servicio, tan importante es la calidad del producto que sirves, como la calidad del servicio de ese producto.

Toma nota para el 2012…

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